Son pocas personas las que logran captar el verdadero significado de la palabra AMISTAD. Es una lástima que no todo el mundo se ciña a su definición, porque nadie imagina la cantidad de gente que sufre por culpa de los malos entendidos. Puede que hable de la propia experiencia o, simplemente, haya querido expresar lo que pienso. De lo único de lo que estoy segura es de que se sufre mucho cuando se intenta ser buena persona para llegar a ser un verdadero amigo.
Un amigo... ¿qué es eso? ¿quién lo es? Quizás yo tampoco sepa definirlo correctamente, pero me atrevo a hacer un intento. Un amigo es aquel que no se conforma con tenderte la mano, sino que te tiende su brazo entero. Un amigo es aquel que te acompaña en los buenos momentos, pero sobretodo está a tu lado en los malos. Un amigo es aquel que te mira a los ojos y sabe cómo te sientes sin necesidad de expresarlo con palabras. Un amigo es aquel que te da lo que necesitas sin esperar a que tú se lo pidas. Un amigo es aquel que se preocupa por hacerte feliz. Un amigo es aquel que comparte contigo tus risas, pero también tus lágrimas. Un amigo es aquel que te ve y te abraza como si fuera lo último que hará en su vida. Un amigo es aquel que no te da la espalda, siempre te recibe de frente. Un amigo es aquel que no espera agradecimientos ni que le den algo a cambio. Un amigo...
Un amigo podrá ser muchas cosas, pero algo que le caracteriza es que te conoce de los pies a la cabeza, tal y como eres, aquel que refleja en sus ojos un segundo TU, aquel que refleja que le importas y que no te abandonará.
Después de esto, es muy difícil pararse a pensar si nosotros somos verdaderos amigos, porque darse cuenta de todo lo que hace falta para serlo puede desilusionarnos. YO soy la primera en reconocer que no siempre lo he sido y podría justificarme diciendo que los demás tampoco lo han sido conmigo. Pero no hay justificación que valga, porque ser buen amigo satisface al otro pero también te satisface a ti. Cierto es que duele entregarse y que no se entreguen por ti, pero es ese sacrificio y esfuerzo desinteresado el que demuestra que de verdad conoces lo que significa AMISTAD.
Un amigo... ¿qué es eso? ¿quién lo es? Quizás yo tampoco sepa definirlo correctamente, pero me atrevo a hacer un intento. Un amigo es aquel que no se conforma con tenderte la mano, sino que te tiende su brazo entero. Un amigo es aquel que te acompaña en los buenos momentos, pero sobretodo está a tu lado en los malos. Un amigo es aquel que te mira a los ojos y sabe cómo te sientes sin necesidad de expresarlo con palabras. Un amigo es aquel que te da lo que necesitas sin esperar a que tú se lo pidas. Un amigo es aquel que se preocupa por hacerte feliz. Un amigo es aquel que comparte contigo tus risas, pero también tus lágrimas. Un amigo es aquel que te ve y te abraza como si fuera lo último que hará en su vida. Un amigo es aquel que no te da la espalda, siempre te recibe de frente. Un amigo es aquel que no espera agradecimientos ni que le den algo a cambio. Un amigo...
Un amigo podrá ser muchas cosas, pero algo que le caracteriza es que te conoce de los pies a la cabeza, tal y como eres, aquel que refleja en sus ojos un segundo TU, aquel que refleja que le importas y que no te abandonará.
Después de esto, es muy difícil pararse a pensar si nosotros somos verdaderos amigos, porque darse cuenta de todo lo que hace falta para serlo puede desilusionarnos. YO soy la primera en reconocer que no siempre lo he sido y podría justificarme diciendo que los demás tampoco lo han sido conmigo. Pero no hay justificación que valga, porque ser buen amigo satisface al otro pero también te satisface a ti. Cierto es que duele entregarse y que no se entreguen por ti, pero es ese sacrificio y esfuerzo desinteresado el que demuestra que de verdad conoces lo que significa AMISTAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario